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"ESPACIALIDADES"

Instalación sonora

 

La experiencia sonora devela nuevas superficies y texturas que la implosión de lo visual no permitió explorar con lentitud y detenimiento. El mundo se fue configurando como un cúmulo de vivencias determinadas por grados de percepción visual donde el tiempo, o mejor, la atención a través del tiempo, fue perfilándose cada vez más fugaz, casi imperceptible.

La atención que las imágenes demandan en nuestra atmósfera de la rapidez fueron construyendo en nosotros mismos premuras sobre la disposición a observar la imagen, de tal forma que nuestra mirada antes que analizar, escanea momentos como destellos contenedores de la no profundidad.

El símil contemporáneo de la imagen es vaciamiento, una necesidad por no detener por mucho tiempo los contenidos, una afrenta hacia la extrañeza y el misterio, a mi modo de ver, capital en la búsqueda de reconocimiento de sentido. Si no se nos permite la interiorización por la imagen detonada constantemente entonces estamos frente a una retracción de sentido.

¿Qué nos queda como alternativa de lo retinal hoy? La inmersión.

En la inmersión se objetiviza aún más la subjetividad, porque el sujeto entra en un espacio que lo atrapa e invita a superar la situación del proceso. La persona se expone a enfrentar su subjetividad ante la acción, el estímulo, la presión, de tal manera que produce sin proponérselo experiencia. La inmersión parecería entonces desde lo anteriormente acotado un estado de violencias casi desesperadas para atraer la atención sobre el acontecimiento, pero desde otra perspectiva se activa una negociación medial para los sentidos y en ello la imagen como tal y la imagen dentro de la noción arte adquiere otras potencialidades.

Sobre esas potencialidades de la obra de arte inmersiva también existen elementos relativos puesto que cómo y de qué manera se instaura lo relacional como negociación sin sorpresas o manipulaciones donde los públicos terminan asediados en aras de la “experiencia”.

La obra de Andrés Cuartas en Curare Alterno se plantea como un signo de instalación. Quiere decir que propone aprioris de pensamiento determinados por ordenes de elementos sonoros y visuales capaces de generar lo inmersivo con pretensiones tecnológicas poco sofisticadas, ante la magnitud de ofertas cibernéticas.

En su trabajo, cuartas recuerda al hombre inmerso en nuevas naturalezas de simbiosis entre tecnología de efectos y sensaciones de afectos, recordándonos que nos enfrentamos a relaciones de tiempo y espacio como sitio específico.

Phd. Oscar Salamanca.

 

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